En un entorno empresarial cada vez más regulado y con consumidores más exigentes, la sostenibilidad ya no es una moda: es una condición necesaria para competir. Sin embargo, muchas marcas siguen envueltas —literalmente— en plástico en todas las fases de su cadena de valor: desde el embalaje logístico hasta el packaging final.
Lo que antes se consideraba una solución funcional y económica, hoy se ha convertido en un símbolo de incoherencia ambiental, con consecuencias reales. El uso de materiales no sostenibles no solo afecta al medioambiente, sino que también pone en riesgo la percepción pública, la credibilidad y el posicionamiento de una empresa.
El impacto del plástico en la imagen de marca es cada vez más evidente: críticas en redes sociales, pérdida de fidelidad por parte del consumidor consciente, dificultad para comunicar valores responsables y barreras para acceder a nuevos mercados.
Impacto negativo del plástico en la imagen de una marca
Aunque el plástico ha sido durante años sinónimo de economía, versatilidad y eficiencia, hoy representa uno de los principales puntos débiles en la construcción de una marca sostenible y creíble. Ya no se trata solo del impacto ambiental, sino de cómo ese impacto se traduce en percepción negativa, pérdida de clientes y deterioro de imagen corporativa.
En el caso de una tienda o marca de ropa —pero también extensible a cosmética, ecommerce o electrónica— el plástico se infiltra en casi todos los niveles del proceso productivo y comercial. Veamos un recorrido realista por la cadena de valor:
Producción y origen del producto
- Tejidos sintéticos como el poliéster, el nailon o la poliamida están presentes en un gran porcentaje de prendas. Son derivados del petróleo, y no se degradan en cientos de años.
- Cada prenda suele estar envuelta individualmente en bolsas plásticas transparentes, desde fábrica hasta tienda.
- Las perchas de plástico, aunque reutilizables, se rompen con facilidad y muchas veces acaban en la basura sin reciclarse.
- Complementos como botones, cremalleras o etiquetas interiores también utilizan microplásticos en sus materiales.

Presentación y etiquetado
- Muchas marcas aún usan etiquetas de PVC o polipropileno, imposibles de reciclar junto con el papel o cartón.
- El típico hilo o sujetador plástico para colgar las etiquetas también suma al volumen de residuo.
- En ocasiones, se agregan envoltorios plásticos secundarios (film o celofán) para “proteger” prendas delicadas, aunque no tengan justificación funcional real.
Logística y embalaje
- Film retráctil para envolver palets.
- Bolsas herméticas, espumas y almohadillas plásticas para relleno y protección.
- Aunque se utilicen cajas de cartón, el interior suele estar lleno de materiales no reciclables, contradiciendo el mensaje sostenible.

¿Y el resultado?
1. Daños en la imagen de marca
Cuando existe una contradicción entre el mensaje sostenible que una empresa comunica y el uso visible de plásticos en sus envases o procesos, se genera desconfianza. Esta incoherencia afecta negativamente la percepción del consumidor, debilitando la credibilidad de la marca y su posicionamiento en el mercado.
2. Riesgo reputacional amplificado
En la era digital, las prácticas poco sostenibles pueden exponerse con facilidad. Un ejemplo de unboxing con exceso de plásticos o un simple embalaje incoherente con los valores ambientales puede viralizarse y generar una crisis reputacional que afecte la imagen pública de la empresa.
3. Desventaja frente a competidores más sostenibles
Cada vez más marcas adoptan estrategias responsables y materiales respetuosos con el medio ambiente. Aquellas empresas que mantienen prácticas ancladas en el uso del plástico pierden competitividad ante propuestas que conectan mejor con las demandas actuales del consumidor.
4. Aumento de costes operativos y regulatorios
El uso de plásticos no reciclados o difíciles de gestionar conlleva un incremento en costes logísticos, tasas fiscales (como el impuesto al plástico no reciclado en España) y potenciales sanciones normativas. A largo plazo, esto impacta negativamente en la eficiencia y rentabilidad del negocio.
5. Deterioro en la experiencia de cliente
El packaging forma parte de la experiencia de compra. La presencia de plásticos innecesarios, poco atractivos o contaminantes puede generar una impresión negativa y afectar la conexión emocional entre el cliente y la marca. Las expectativas de sostenibilidad están muy presentes en la decisión de compra y en la fidelización.
El cartón: la alternativa sostenible, eficaz y coherente
Aquí es donde el cartón se convierte en el mejor aliado de empresas, proyectos y emprendimientos. No solo por ser biodegradable y reciclable, sino porque ayuda a construir una marca coherente, ética y alineada con las expectativas de los clientes.
Ya sea en las cajas o envases que contienen los productos, en los soportes promocionales o en la logística de los envíos, el cartón permite reemplazar plásticos sin perder funcionalidad ni estética.
No hace falta reinventar el negocio. Basta con revisar procesos y reemplazar los elementos plásticos por alternativas sostenibles. Es un paso clave para cuidar el planeta, pero también para cuidar tu marca.
La sostenibilidad no es fruto del azar, sino el resultado de decisiones conscientes, materiales responsables y colaboradores comprometidos con el cambio. Invirtiendo en las soluciones adecuadas, es posible reducir el impacto negativo del plástico en la la imagen de marca de cualquier empresa o proyecto.
