En la búsqueda de soluciones de embalaje sostenibles, la elección entre cartón y plástico es fundamental. Ambos materiales presentan ventajas y desventajas en términos de impacto ambiental, eficiencia y funcionalidad. Es por eso que hoy analizaremos y compararemos ambos materiales detalladamente para poder determinar cuál es la opción más sostenible a la hora de elegir envases o packaging.
El cartón: un recurso renovable
El cartón se fabrica a partir de fibras de celulosa provenientes de bosques gestionados de manera sostenible, muchos de ellos certificados por organismos como el FSC (Forest Stewardship Council). Esto significa que su producción se basa en la renovabilidad y la reforestación, asegurando que por cada árbol utilizado, se planten nuevos ejemplares.
Por el contrario, el plástico se obtiene de derivados del petróleo y el gas natural, recursos finitos que requieren procesos de extracción altamente contaminantes. La extracción y refinamiento de estos materiales generan emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, contribuyendo significativamente al cambio climático.
Impacto ambiental
La fabricación de envases de cartón reciclado consume hasta un 75% menos de energía que la producción de plástico nuevo. Además, el cartón es biodegradable, descomponiéndose en el medio ambiente en pocos meses sin dejar residuos tóxicos. En cambio, el plástico puede tardar entre 100 y 500 años en degradarse, liberando microplásticos que contaminan suelos y aguas.
Según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente, el 40% del plástico producido a nivel mundial se destina al embalaje, y gran parte termina en vertederos o en los océanos, afectando gravemente la fauna marina. En contraste, el cartón tiene tasas de reciclaje superiores al 80% en países como España, según datos de ASPAPEL.

Reciclabilidad y reutilización
El cartón es uno de los materiales más reciclados en el mundo, con un proceso de reciclaje eficiente y económico que permite su reutilización en nuevos productos. Además, puede reciclarse hasta siete veces antes de perder sus propiedades estructurales, lo que lo convierte en un recurso altamente circular.
Por el contrario, no todos los plásticos pueden reciclarse, y los que sí, solo pueden ser reciclados una o dos veces antes de degradarse. Además, el reciclaje de plástico es costoso y poco eficiente, lo que se traduce en que solo el 9% del plástico mundial ha sido reciclado, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Responsabilidad social empresarial
Las empresas que apuestan por el cartón como material de embalaje no solo están reduciendo su impacto ambiental, sino que también responden a las exigencias del mercado. Los consumidores prefieren productos con embalajes sostenibles, y según un estudio de Nielsen, el 73% de los consumidores están dispuestos a pagar más por productos con envases ecológicos.
Por su parte, el plástico está cada vez más restringido por normativas ambientales y prohibiciones gubernamentales. La Unión Europea ya ha prohibido ciertos plásticos de un solo uso y continúa implementando medidas más estrictas para reducir su uso. Esto significa que las empresas que persistan en el uso de plásticos no sostenibles enfrentarán costos adicionales y posibles sanciones regulatorias.
